Lo que los palmeros hemos vivido en estos cuatro meses será difícil de olvidar. Nos hemos enfrentado al volcán más virulento de la historia de La Palma, al menos de los que se tiene constancia, con imágenes que se iban sucediendo, día tras día, a cuál más impresionante y, a su vez, dolorosa. Fue el 13 de diciembre cuando finalizó la fase eruptiva; y fue el 25 de diciembre cuando las autoridades ‘certificaron oficialmente’ la muerte del Volcán Sin Nombre.
Ahora pasados los días ha visto la luz una pieza audiovisual que bien puede resumir esas largas semanas de angustia; una mezcla de “sentimientos encontrados”, como dice su autor, Eduardo Muza.
“Después de mucho tiempo he decidido sacar esta pieza la cual creo que me ha generado más sentimientos encontrados que nunca. El volcán 'Sin nombre' ya no está ahí, aunque quede su esqueleto y su destrucción. El ente que durante 85 días albergó 'vida', ya nos ha dejado. Y con él angustia, dolor, tristeza e infinidad de sentimientos encontrados” expresa en sus redes sociales.
Muza, al igual que muchos palmeros, son partidarios de dejar ‘sin nombre’ a esa bestia que ha destrozado tantas vidas y ha borrado las ilusiones de tantos palmeros. “Se podría quedar así, sin nombre, ya que siento que sería el modo de reflejar lo que significamos para el mundo. Nos encanta poner nombres a las cosas, es una de las mayores características del ser humano. Pero nada es eterno”.
Ha sido la mayor catástrofe natural de la Isla Bonita, de la que también podemos sacar una ‘lección’. “Si el volcán algo nos ha enseñado, es que nada es para siempre, que toda materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Así que este volcán que ahora está ahí, dentro de cientos de años será remplazado por bosques de pinares y dentro de miles de años la erosión lo convertirá en una simple montaña como tantas otras estábamos acostumbrados a subir. Y sólo el tiempo será el juez de los actos de la naturaleza” expone el autor de este vídeo timelapse.
Tres minutos que resumen 85 días y que hará a todo el que lo vea revivir momentos recientes, que tras mes y medio de ‘falsa calma’, parecen ya lejanos.
